Una vez más la confusión se daba la mano con el desconcierto y la sensatez andaba de huelga. El eterno caos del tráfico Indio se colaba entre mis sentidos y la congoja avanzaba a pasos gigantescos. No había un solo camión en este país que no tuviese un absurdo cartelito colgante que rezara “Toque la bocina OK, OK, OK”, como si el griterío de la muchedumbre no fuese suficiente suplicio. Las palabras de Kalya me dejaron aturdida…y es que, ¡quién me mandaba a andar de vanguardista, zalamera y safrisca! Si Conchita se enteraba, seguro me fustigaba con sus sermones dominicales y el consabido…¡yo te lo dijeee! …así que ¡ni riesgos que le contaba!…no,no, no, mejor veía como me las arreglaba. ¿Porqué será que el corazón siempre se empeñaba en lo más enrevesado?
Al llegar a la casa había una caja blanca atada con cintas rojas sobre mi cama con el logo Desi Niketan, la tienda de los Patel. Una nota en letras torpes decía: Cameela. Lo abrí cuidadosamente, y al retirar el papelillo de seda, destellos de visos tornasolados engalanaban un sari azul turquesa intenso. Lo extendí sobre la cama tratando de descifrar las instrucciones de uso. Las musas del celuloide lo lucían con elegancia en las películas Indias pero yo no tenía idea cómo se ajustaban seis metros de tela sin costuras al cuerpo. Parecía chiffon de seda con lentejuelas y abalorios en los bordes. Una falda de satén azul y una blusa con el mismo material del sari completaban la indumentaria. Lo explayé completamente apreciando la belleza del diseño de la parte frontal hasta que una voz inconfundible interrumpió mi exploración.
—Se requieren años de experiencia para usarlo con distinción…—volteé para conseguirme a Nalini apoyada sobre el pomo de la puerta entrando a la habitación sin pedir permiso. Se acercó sin mirarme y tomó la blusa con la punta de los dedos y los meñiques estirados exponiéndola al trasluz.
—Espero haber calculado bien tu talla.
—Gracias—dije mirándola perpleja y pensando que mosca le había picado.
—¡Oh no querida, no lo hago por tí! Mañana en la noche hay un evento importante al que todos asistiremos y como comprenderás, la prometida de mi hijo el doc-tor, debe vestir apropiadamente…
Sonreí lo más educadamente posible.
—Rohit no me dijo nada.
—Debes disculparlo, el pobre ha estado muy ocupado con Vijay y Anil, tratando de contactar los inversionistas de un nuevo proyecto de un centro hospitalario que construirán en Bharuch. Se invitó a sentarse en la poltrona de estilo victoriano que reposaba en la esquina de la habitación cruzando sus delgadas piernas mientras me miraba de arriba abajo.
—Y dime, ¿has pensado que harás con tu tiempo libre si te casas?—preguntó con sarcasmo y yo comencé a doblar el sari para guardarlo en la caja—ya que las mujeres modernas como tú siempre trabajan…¿no?
—¿Cómo saber si acabo de aterrizar?—respondí con ironía
—¿A donde fuiste esta tarde?—preguntó en el tono extraño.
—Me reuní con una amiga.
—¿Amiga?…¡Qué facilidad tienes para hacer amigos en tan poco tiempo!
Siempre fui una especialista interpretando indirectas pero ¿qué insinuaba la doña?
—La conocí en el avión y es periodista como yo…
Cristales golpeándose entre sí interrumpieron la tertulia y en la puerta una empleada esperaba sosteniendo una bandeja con bebidas. Nalini le hizo señas para que las colocara sobre la mesita. Levantó un vaso y me lo ofreció. Era una bebida blanca y yo la veía con extrañeza.
—Es buttermilk*—dijo Nalini—algo saludable.
Al probar el sabor agrio casi vomito. Tosí ligeramente para disimular y devolví el vaso a la mesa.
—¿Cómo se llama tu amiga?—insistió y yo vacilé antes de contestar.
—Errr…Kalya.
—Kalya ¿qué?
—Gosh creo…
—¡Ah! claro…es Bengalí…
—¿Qué?
—Olvídalo…¿a donde fueron?
¿Me interrogaba? Desde que llegamos, Rohit y yo sólo había hablado a solas ayer en el jardín. Según él, era tabú demostrar caricias en público y menos aún frente a la familia. Aquí la sexualidad era estrictamente monitoreada y por lo visto, las libertades también…
—A caminar y a tomar café…¿porqué? ¿algún problema?—contesté con un dejo de enfado.
—Claro, claro…se me olvida que eres una mujer independiente, pero…debes cuidarte, aquí no conoces a nadie y la gente a veces no es quién aparenta ser…
—Creo que tengo criterio para escoger mis amistades.
—No es reproche, es precaución…aquí todo es diferente a tu mundo y no hay que confiarse de la toda la gente.
La miré fijamente y decidí que era la oportunidad ideal para fijar posiciones.
—Nalini, sé que no es fácil para usted aceptar que su hijo se case con una completa extraña. Yo no conozco su cultura pero estoy dispuesta a aprender. Amo profundamente a Rohit y por él sería capaz de muchas cosas…
Nalini arqueaba las cejas al tiempo que movía la cabeza de derecha a izquierda al compás de mi voz. Los codos apoyados en los descansos laterales y las manos juntas jugando con sus dedos.
—¡Ustedes los Americanos y sus novelas de romance!… ¿quién dijo que el amor era necesario para casarse?…hay muchísimas otras cosas prioritarias para que una relación perdure y sea exitosa…—dijo y yo suspiré antes de replicar.
—Algo me contó su hijo de su forma de ver la vida pero créame, en mi país hay gente que celebra muchos aniversarios de unión marital…
—Eso lo dices ahora que estás deslumbrada por la novedad, pero ¿qué pasará más adelante cuando se esfume el encanto entre la rutina? ¿Te adaptarás a nuestras reglas y tradiciones? ¿Estás dispuesta a convertirte en una verdadera esposa hindú?
—Pero…¿qué es para usted una esposa hindú?
Se levantó caminando hacia el ventanal con la mirada perdida hacia el jardín. Los rayos del sol realzaban el tono verdoso de la holgada blusa de lino. Una gama infinita de verdes bordados destacaban sobre los ruedos de sus pantalones.
—Una esposa hindú va más allá de tu entendimiento.
—¿Por que todos me dicen lo mismo? Créame puedo aprender—dije inocentemente.
—No me interesa que aprendas…—confesó sin sorprenderme y yo no me atreví a contestar. Salió de la habitación regando su estela de amargura cabalgando sobre su escoba imaginaria.
Más tarde en la cena todos charlaban ruidosamente. Las miradas de Rohit tenían el poder de quitarme las arrugas de la mente. Me declaré amante confesa de la comida India desde mi llegada. Los aromas de la cocina de Meera eran una mezcla de fragancias indescriptibles. El jengibre, la canela, el cilantro, el comino, el coco y el cardamomo se fusionaban para recrear un paraíso culinario. Korma* de vegetales, paneer tikka*, coliflor en yogurt, biryanis* y los diferentes panes indios formaban un banquete digno de los Dioses.
—¡Sobrino…la gracia de Khrisna te concederá ese puesto directivo!—decía Vijay y Rohit sonreía.
—¡Claro que si!…¡mi hijo es el mejor doctor de Gujarat!—gritaba Anil con orgullo
—¿Lograron hablar con Mahendra Bhai*?—preguntaba Anjana
—Si, si, mañana en la noche nos reuniremos en el evento de los textileros—aseguraba Vijay
—Pásenme los rotis*—solicitaba Guna.
Nalini no hablaba, sólo vigilaba las miradas furtivas entre Rohit y yo. Al finalizar el banquete trajeron cuencos de acero inoxidable con agua tibia y limón para cortar la grasa de los dedos. En el norte del país las reglas de etiqueta eran diferentes a las del sur. Los panes Indios eran parecidos a las tortillas Mexicanas y se utilizaban como cucharilla para recoger la comida del plato con la punta de los dedos. Siempre se utilizaba la mano derecha, la izquierda se consideraba impura ya que con ella se limpiaban las partes después de hacer las necesidades del cuerpo.
Al terminar la cena pudimos finalmente hablar. Administrábamos caricias a hurtadillas mientras los demás se hacían que no miraban. Estaba muy contento por las perspectivas de un empleo en tan poco tiempo, era por ello que se habían atrasado los planes del viaje. Nos quedaríamos algunos días más en Delhi. Guna, Anjana y Binal viajaban de regreso a casa al día siguiente ya que su esposo Kiran retornaba de un viaje a Estados Unidos. Rohit me miraba cautivado.
—¿Te he dicho que eres hermosa?
—Yo también te amo…
En mi cuarto saqué el busto de la virgencita salvadora y lo coloqué en un taburete de madera. No le había rezado desde mi llegada. A medianoche, Nalini asomaba su cabeza en mi habitación para asegurarse que el morbo y el erotismo dormían profundamente.
No alcancé el desayuno, me había que dado dormida. Tomé un plato de frutas y me senté a leer un libro en el recibidor. Meera bajaba las escaleras con varas de incienso en las manos y saludó notificándome que todos habían salido al aeropuerto para luego resolver asuntos pendientes. Su primer deber en las mañanas era cambiar las guirnaldas de flores que colgaban de la foto de su difunto suegro y más tarde pasaba a sentarse frente al santuario y así dar inicio a sus oraciones. Yo espiaba con disimulo y distinguía figuras e imágenes diversas. El busto de Ganesh era la figura estelar de los altares Hindúes…lo consideraban el removedor de obtáculos. Meera encendía las diyas* y tomaba la figura de Khrisna, su Dios personal, lo bañaba en leche para luego enjuagarlo con agua. Posteriormente le ofrecía a los Dioses el prasad que consistía generalmente de dulces, azúcar o frutas. Este ritual se entendía como un intercambio entre el devoto y la divinidad donde el Dios purificaba el ofrecimiento que luego era consumido por los humanos. Tocaba una pequeña campana para despertarlos y así comenzaba a recitar sus pujas u oraciones. Estas consistían en mantras* acompañadas de lecturas del Bhagavad Gita, un libro sagrado que relataba la conversación entre Khrisna y el príncipe Arjuna sobre sus deberes morales como guerrero y gobernante. La escena me transportaba a ratos a los coloridos altares de Olegario Herrera, el famoso brujo de Guama, quién invocaba los espíritus de las cortes de María Lionza, el ánima de Taguapire y las siete potencias Africanas.
Nos sentamos a tomar el té una vez que concluyó sus deberes. Me contó que su familia era del Punjab, el cual fue uno de los estados que se dividió durante la Independencia de la India. La partición terminó en una lucha sangrienta entre Hindúes y Musulmanes y así se formó el actual Pakistán. Sus abuelos murieron durante las brutales matanzas y sus padres se establecieron en la región de Kutch. En ese entonces tenía solo dos años y no recordaba nada. Aunque su matrimonio con Vijay fue concertado el amor llegó después. Tenían dos hijas ya casadas, Hetal y Hasina, que siguieron los pasos de su madre y vivían en Boston y Londres respectivamente. Según Meera, la teoría en India era casarse muy jóvenes antes que los chicos tuviesen la oportunidad de experimentar otras emociones…por otro lado, el hecho de casarse temprano en la vida hacía a las parejas amoldarse con más facilidad. Sus teorías se apoyaban en las bajas estadísticas de divorcios
—¿Te gustó el sari azul?
—A quién no…¡si Nalini tiene un gusto impecable!
—Así son todas las suegras…dominantes—dijo Meera adivinando mis ironías
—Si tuvieses un hijo…¿hubieses reaccionado de la misma forma?
—No sé…es difícil de saber
—¿Crees…crees que algún día me acepte?
—Pienso que Nalini tuvo una vida difícil…era una chica de buena familia…Brahmines…Jaipur en el pasado fue tierra de Maharajas*. Casarse y irse a vivir al campo tal vez no eran sus expectativas. Guna era una campesina y Nalini siempre la vió como inferior, tuvo que tragarse su orgullo y someterse a sus normas.
—¿Ser Brahmin tiene algo que ver con el dinero?
Meera me obsequió una mirada maternal.
—El destino del Hindú está marcado al nacer…venimos al mundo con una casta que ocupa un lugar determinado en nuestro espacio social. No tiene nada que ver con dinero, proviene de nuestra raza, nuestra sangre. Gandhi fue un idealista, quiso una India unida, sin barreras religiosas o prejuicios, lamentablemente su sueño se fue con él a su tumba. Lo alabamos como el padre de la patria sin embargo no seguimos sus enseñanzas…nuestra historia está llena de contradicciones y tal vez eso sea difícil de comprender para el ojo extranjero.
—¿Qué sucede con un extranjero? ¿Qué espacio social ocupamos?
—Ninguno…simplemente no eres Hindú…
El voltaje de corriente era mayor en la India, así que mi secador de cabello quedó inutilizado. Tuve que ingeniármelas para hacerme un tocado en el cabello con un fijador en spray que por fortuna había echado en mi equipaje. Me desvestí frente al espejo haciendo un inventario de mis atributos…aún conservaba un buen cuerpo con uno que otro rollito…nada grave. El canela de mi piel contrastaba con el cabello negro azabache. Ojos color miel, labios carnosos y una dentadura teñida en sepia por el cigarrillo. Piernas largas, estilizadas y pechos proporcionales a mis ciento setenta y tres centímetros de estatura. Nada mal para una treintona fracasada.
En la noche Meera me ayudó a colocarme el sari. Uno de los trucos era ajustarse fuertemente la falda o peticoat ya que los 6 metros de tela prácticamente se sostenían de ésta. Se daba una primera vuelta mientras la tela se introducía dentro del borde superior, luego se hacían varios pliegues que quedaban en la parte frontal del traje. Dependiendo del diseño, el pallav* descansaba frente al cuerpo o por detrás. El estilo Gujarati era el más conservador y el estilo Bengalí o Nivi era el más sexy. Las piedras color turquesa que me prestó Meera, hacían juego con el traje y quedé satisfecha con el resultado. Rohit lucía muy apuesto con un traje al mejor estilo Occidental y todos los demás lucían atuendos tradicionales. Nos desplazamos en dos autos hacia el lugar del evento en un elegante hotel de la ciudad. Guirnaldas de flores frescas en forma de arcos colgaban en la entrada. Luego de atravesar un largo pasillo alfombrado entramos a un inmenso salón bien iluminado de paredes color crema y cortinas color sangre. Calculaba que había cerca de mil personas. No había una sola silla, sólo mesas altas y redondas con manteles rojos esparcidas estratégicamente a lo largo del sitio. Mi batalla con el sari comenzó temprano en la noche. En el último escalón mi tacón se enredó en el chiffón y casi terminé rodando por el suelo. Una orquesta tradicional amenizaba el ambiente. Los músicos estaban todos sentados sobre un tendido de tela en el suelo con las piernas cruzadas. Eran diez personas en total entre hombres y mujeres. Dos teclados electrónicos y varios tamborcitos conocidos como “tabla” componían la totalidad de los instrumentos. Los dos cantantes principales estaban situados en la parte frontal del grupo con sus respectivos micrófonos.
—!Vijay ji*!—saludó un hombre aproximándose a nosotros juntando sus dos manos mientras llegaba más personas a saludarnos. Me quedé cerca de la mesa para evitar una caída aparatosa. Un chico de camisa negra recostado a una mesa cercana me miraba insistentemente y mi futura familia se dedicaba a socializar. Los asistentes eran en su mayoría personas de mediana edad y en general eran muy amables. Algunos charlaban conmigo indagando mi procedencia y alabando mi vestimenta…me sentía bien. Sin darme cuenta me quedé sola y buscaba alguna cara conocida entre la muchedumbre. El esplendor de los saris me encandilaba y a la vez me deslumbraba. Los caballeros vestía elegantes trajes de seda y otros usaban trajes Occidentales. Rohit regresó media hora después …
—¿Cómo te sientes?—preguntó
—Abandonada
—Discúlpame, pero sabes que estamos aquí por compromiso…
—¡Doctor!—gritó una voz muy aguda a sus espaldas. Era un hombre no muy alto y rechoncho.
—Mahendra ji…¡qué gusto verlo de nuevo!—dijo Rohit
—¿Donde están Vijay y tu padre?
—No demoran en regresar, por favor permítame presentarle a mi prometida—Mahendra juntó sus manos y yo seguí su gesto sin pronunciar palabra. Continuaron con su cháchara por un buen rato. Miraba a todos lados buscando a Meera pero no aparecía. El chico de la camisa negra decidió acercarse a nuestra mesa. Intercambió saludos amables con Rohit, al parecer se conocían.
—¿No me presentas a tu amiga?
—Oh, claro…conoce a Siddharth, un viejo amigo—me dijo Rohit
El chico me ofreció un saludo al mejor estilo Occidental mientras mi novio siguió entretenido en su charla con Mahendra ji. Hablamos de trivialidades y a los pocos minutos entramos en confianza. Yo no desaprovechaba ninguna oportunidad para seguir aprendiendo…
—¿Porqué le tocan los pies a las personas mayores?—pregunté mientras observábamos una pareja de jóvenes inclinándose ante un caballero de turbante rojo que a la vez devolvía el gesto tocando sus cabezas.
—Es una señal de respeto a su edad y experiencia…simboliza nuestro reconocimiento a su amor incondicional y los sacrificios que han hecho por nuestro bienestar…
—¡Qué bonito!—dije
—Cuando lo hacemos con humildad y verdadero respeto, según nuestras creencias, estamos invocando sus buenos deseos y bendiciones. Los buenos deseos provenientes de un corazón lleno de amor fluyen hacia nosotros y nos envuelven de energías positivas…esta tradición refleja los fuertes lazos familiares que a lo largo de la historia han sido una de las fortalezas de la sociedad India…
—Guaoo…jamás lo hubiese visto desde esa perspectiva…
—Yo viví en Inglaterra muchos años y…recuerdo claramente lo primero que ví al llegar…—dijo sonriendo pícaramente
—¿Qué viste?
—…Piernas…—ambos explotamos en carcajadas
—¿En serio?
—¡Claro!…dime…desde que llegaste a la India ¿cuantas piernas femeninas has visto al descubierto?
—Si…tienes razón—dije sonriendo—hmm…¿porqué algunas personas usan marcas de diferentes formas sobre la frente?
—Buena pregunta…se le llama tilak o a veces pottu y su uso tiene un sentido religioso…hoy en día sus formas y colores varían de acuerdo a la casta, religión y el Dios que adora cada persona. En tiempos antíguos, cuando se formaron las primeras cuatro castas: Brahmana, Kshatriya, Vaishya and Sudra, la norma era usar marcas en diferentes colores para diferenciarse entre unos y otros. Los Brahmines usaban una marca blanca de sándalo que simbolizaba su pureza por ser sacerdotes; los Kshatriya usaban una marca roja de un polvo que llamamos kumkum que representaba el valor de su raza guerrera; los Vaishya utilizaban una marca amarilla elaborada en azafrán que significaba la prosperidad por comerciantes o creadores de riqueza y finalmente los Sudra usaban una marca negra proveniente del carbón que simbolizaba el servicio que le suministraban a las otras tres castas superiores…
—¡Qué interesante!…¿se siguen usando esos colores hoy en día?
—Como te comenté, hoy en día el propósito es religioso…si te fijas, la marca se coloca entre las dos cejas por una razón…según el Hinduísmo, este es el centro de la memoria y el pensamiento…¿alguna vez has sentido que cuando estás muy preocupada te duele la cabeza?
—Hmm.. si—contesté
—Pues, creemos que eso se debe a ondas electromagnéticas que emanan de nuestro cuerpo que a su vez transforman las preocupaciones que están en tu mente…en calor…si usas el tilak, tu frente se enfría y de esta manera no pierdes esa energía…volviendo a tu duda inicial…entre los cientos de Dioses que adoramos, existen entre los creyentes tres amplias tendencias…los Vaisnaístas, los Shivaístas y los creyentes en la madre Diosa, entonces, la forma de cada marca varía según tu creencia personal…también está el bindi, el que usan las damas, pero ese se utiliza por razones decorativas.
Escuchaba con fascinación a Siddharth hasta que llegaron mi suegra y todos los demás. Comencé a sentir una picazón entre las piernas y no hallaba como aliviarme entre tantos metros de Chiffón. Meera me señaló la ubicación del baño y seguí sus indicaciones. Las paredes estaban forradas de espejos y el tocador era amplio. Habían pequeñas cestas con toallitas blancas apiladas a los lados de cada lavamanos. El área del sanitario era un espacio muy estrecho y por primera vez me encontré cara a cara con una letrina ya que la casa de Vijay tenía sanitarios Occidentales. Básicamente era una plancha de porcelana colocada en el suelo y un hueco similar al de los sanitarios normales. En la pared derecha había tres llaves y no tenía idea cuál era la función de cada una. Lo que siguió fue un calvario…después de arremangarme la tela sobre las piernas y agacharme para vaciar mi vejiga me percaté que no había papel y para colmo no sabía cuál llave bajaba el sanitario. Comencé a explorar una por una y al abrir la segunda, un chorro de agua saltó directamente a mi rostro desde una manguerita que colgada en la pared izquierda…el susto provocó que me resbalara y mi pié se deslizó dentro de la letrina. El tacón de mi zapato quedó atascado dentro del hueco lleno de heces ya que la persona que había utilizado el servicio la última vez no había vaciado el contenido. Durante el forcejeo sentí que se rasgaba la tela de la falda o peticoat. Finalmente logré recuperar mi pié y como pude, me agaché a recoger el zapato. Cuando me miré al espejo parecía acababa de salir de la película del Exorcista…el rímel se había chorreado completamente, el tocado cedió por el peso del agua y el drapeado del sari se había deshecho. Lavé los zapatos lo mejor que pude al igual que mi cara, pero el cabello era una completa calamidad. Unas damas entraron y no disimulaban sus miradas de horror. Me senté a descansar frente a la entrada del baño sobre un sofá apoyado de una pared que hacia las veces de tabique para separar esa zona del salón principal. Los pies me dolían por la ausencia de asientos. A los pocos minutos llegaron a mis oídos las voces de dos hombres charlando del otro lado de la pared. Me percaté que hablaban inglés. No le presté gran atención hasta que escuché dos palabras: Patel y Doctor.
—Ya tenemos la persona indicada—decía uno de ellos.
—¿Te aseguraste de todos los detalles del proyecto?
—Sí, es cuestión de tiempo y afinar algunos números pendientes.
Las voces iban y venían…algunas frases llegaban con claridad y a ratos susurraban.
—Si, si…no te preocupes…todo seguirá según lo acordado.
—Ja…los muy tontos…¿viste la cara del padre del Doctor?
—¿Quién?
—No, creo que se llana Anil
Las voces comenzaron a disiparse y me levanté como un resorte. Al llegar al otro lado habían desaparecido…juraría que una de las voces me parecía conocida…
Continuará…
GLOSARIO DE TERMINOS:
*Buttermilk: bebida elaborada con leche fermentada.
*Korma: receta elaborada con yogurt, crema, nueces y leche de coco.
*Paneer tikka: especie de queso semiduro sin sal aderezado con una mezcla aromática de especias.
*Biryanis: receta de arroz con diferentes tipos de vegetales.
*Bhai: significa literalmente hermano en el idioma Gujarati.
*Rotis: variedad de pan Indio similar a una tortilla Mexicana de trigo.
*Diyas: lámparas de aceite generalmente elaboradas en arcilla con una mecha de algodón.
*Mantra: sílabas, palabras o frases sagradas de origen sánscrito que se repiten para invocar a un dios o como apoyo para meditar.
*Maharajas: príncipes hindúes
*Pallav: parte frontal de un Sari donde se concentran los bordados más elaborados.
*Ji: sufijo que se pronuncia después del nombre de una persona y manifiesta un gran respeto.
Historia de Ficción original de:
Lorena Mena
Ilustraciónes:
Lorena Mena
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Mmmmmmmmmmm…Ay Lore…esta historia me tiene cautivada ^^
Gracias Noelia!!
me encanta !!!espero la VII….GRACIAS LORE es hermosa la historia y super atrapante y te responde a muchas cosas q uno quiere saber asi q mientras leer aprendes mucho de su cultura.
Gracias Claudia!!
Que interesante historia, escribes super bien y con cada cosa q dices me siento identificada. Ya llevo dos anos y medio viviendo aca en INdia, y casi 5 de matrimonio y todo lo q dices es tan cierto! Q buena historia! bueno y la cosa se pone mas…no se, buena o color de hormiga, luego de un hijo aca en India. Claro q si es varon es bueno sino, sumale! bye, Clau.
Muchas gracias …en eso estamos decidiendo que será mejor para Camila! jaja
Muy buena Lorena!!! la escena del baño… ufff.. creo que a todas nos horroriza la posibilidad de que nos ocurra, en medio de una fiesta de alto compromiso y tu hecha un fiasco en el baño…. la historia me tiene enganchada, gracias por dejarnos disfrutar de ella!! … Un abrazo Lorena!!
Gracias Criquien!!
Awwwwww pobre camila!!! :/ que pasara ahora!!!! ….. esperamos la siguiente parte !!! 🙂 <3
Bendiciones desde Perú
He estado un poco ocupada esta semana…pero de la que sigue no pasa…gracias por seguirla!
Me encanta!!!! Está hermosa la historia y muy interesante!! <3 Cuándo habrá un nuevo capítulo?
Gracias Gaby…muy pronto…he estado un pokitin ocupada estos dias!
Q historia tan interesante!! No puedo esperar para leer otro capítulo 🙂
Gracias por ponerla a libre disposicion de los q queremos leerla!!
PD: tbn soy de Perú 😀
Gracias Ana Paola…lo hago con el mayor de los gustos!
Estimada, me encanta tu blog. Realmente es un aporte. Te quería hacer una preguntita. A fines de este año tengo el matrimonio de mi cuñado en India, va a ser en la ciudad de Pune. Quería saber si tu conoces alguna tienda buena en donde pueda comprarme un Sari no tan tradicional. Busco uno un poco más fashonista, de una pieza. Te agradecería un millón si pudieses darme el dato de la tienda. Que estés muy bien, y gracias por tu tiempo.
Saludos 🙂
Hola Mia…si fueses un poco mas especifica tal vez podria ayudarte de mejor manera. No estoy segura que tipo de diseño, color, tela, etc deseas. No existen saris de una pieza pero si existen saris que se mandan a hacer cosidos y armados que son mas comodos. En cuanto a la tienda, la verdad en India lo que sobran es tiendas donde venden saris, eso no sera problema. Lo que debes tomar en cuenta es que la blusa de los saris se manda a hacer a la medida, asi que si llegas a India con suficiente tiempo de anticipacion (minino una semana antes de la boda) debes comprarlo de inmediato para q el sastre tenga la blusa lista…de lo contrario,no tendras el traje listo a tiempo. La otra opción en vez del sari, es el Lehenga Choli..en este articulo puedes ver de que se trata http://historiasdelaindia.com/2010/10/25/la-moda-en-la-india-iii/ Esos los vendes ya listos, es cuestio de seleccionar color y estilo a tu gusto. Espero que la informacion sea de utilidad!
Lorena, espero estes bien me ha encantado tu blog, ya te lo habia dicho, espero con ansias el desenlace de esta novela me ha fascinado!!!!! Gracias por mostrarnos un poco de la India a quienes nos encanta esa Cultura pero no tenemos la posibilidad de conocerla, pero que gracias a ti nos acercamos un poco mas a ella… saludos desde Colombia…!!!!!!
Gracias Ely! he estado un poco ocupada últimamente, pero Dios mediante esta semana mayor me dedicaré a escribir un poco…mis experiencias de vida en Pereira las atesoro con mucho cariño…tenemos grandes amigos allá y hasta una hija se enamoró perdidamente de esas tierras y no hubo manera de convencerla a seguir con nosotros. En Bogotá se graduó y ahora recién comienza su etapa profesional!
estimada mia . ewncontre una pagina donde puedes comprarlos desde ya eso si son mucho mas caros q compararlosa en India pero so muy lindos especialmete los estilo bollywood tambien como dice lorean los lehega choli son una buena opcion la pagina es http://www.sanginionline.com/purple-net-lehenga-style-saree-p-8465.html
saludos. el envio es gratis.
Si, este país nos enorgullece a quienes vivos en él y enamora a sus visitantes con su majestuosidad, de nuevo mil gracias!!!
Gracias a ti Eli!!
Me encanto la historia e leído todos estos capítulos en pena noche y e quedado fasinada!!!! ….espero con ansia los procsimos capitulos
Gracias M, esa es la idea que les siga Entreteniendo + Gustando e Interesando
….que bien ya llegaron la intriga y el suspenso….
Mechita,
Citando al refrenero nacional «Vive de la Intriga pero.? No Indagues»
Saludos, Lorena
Hola Lorena, estoy feliz de conocerte a traves de tu blog. Yo vivo en Mumbai desde hace muchos anos, felizmente casada con un shindi quien siempre me ha apoyado 100% pero he visto muchas situaciones parecidas a las historias que has escrito. Me encanta India y soy muy feliz aqui.
Te felicito de todo corazon por lo que escribes, te pasaste, estoy encantada.
Un gran abrazo de tu admiradora chilena.
Elisa Aranguiz de Sadarangani
Hola Elisa,
Gracias por tus cariñosos comentarios.! me agrada sobremanera que te haya gustado nuestro blog y que con tus vivencias puedas corroborar nuestros articulos.
La verdad que India tiene su encanto muy especial donde todos podemos converger sin importar raza o credo.
Excelente que eres feliz en tu relacion con Shindi + te felicito de todo corazon.
Atentamente & Saludos + como dicen en tu pais, nos seguimos comunicando [al tiro]
Lorena