Blogonovela: Confesiones de una Esposa Extranjera. Parte II

Santitos

Los dias que siguieron triplicamos las ganas de sentir, dando paso a un festín de recursos audiovisuales. El teclado de Rohit entonaba los más románticos poemas de Tagore mientros el mio declamaba los Sonetos de Amor de Neruda. Las llamadas telefónicas no tenían hora, parecían dictadas por las urgencias del corazón. Construímos álbumes fotográficos que parecían sacados de la National Geographic…Rohit en el tren, en el Public Garden, frente a la cúpula dorada del State House o en el estadio de los Medias Rojas de Boston…mientras, yo fotografiaba los cálidos amaneceres de la sultana del Avila, el paseo de los Próceres y las tardes de Domingo en las doradas costas bañadas por el Mar Caribe.

—¿Qué comes?—preguntaba Rohit cuando me escuchaba masticar por el teléfono.

—Cotoperí— le respondía

—¿Qué es eso?

—Una fruta con pepita.

A Rohit aún le faltaban 6 meses para culminar sus estudios de especialización, así que, comenzamos a establecer plazos y fechas límite en nuestro proyecto de vida. La idea era vivir en la India. Al inicio, en la casa de sus padres, ya que necesitaba independizarse económicamente mientras se abría caminos con su profesión. Yo por mi parte, comencé a devorar toda la información que encontraba sobre el país. El hecho de haber ejercido periodismo de investigación la mayor parte de mi carrera, me facilitaba el acceso a una gran cantidad de material didáctico. Había tenido la fortuna de viajar a lo largo del Continente Americano y parte de Europa, pero curiosamente jamás se me había presentado la oportunidad de visitar un país Asiático. India se me antojaba exótica y misteriosa…como envuelta en un aura de misticismo.

Paralelamente a mi investigación, Rohit me enviaba por correo cajas atestadas de películas y revistas de Bollywood. De esta manera cada noche me sumergía en una mágica explosión de color, bailes y canciones. Analizaba cada historia con detenimiento y sin siquiera buscarlo, me transportaba a la escena como si yo misma fuese la protagonista de la trama. Las historias se colaban en mis sueños y a menudo yo era la sacrificada heroína que luchaba contra todos los obtáculos que se atravesaban en el camino y al final Rohit y yo exitosamente los superábamos. El tiempo se encargaría de enseñarme que las películas de Bollywood no eran más que una utopía…

Una noche le pregunté a Rohit:

—¿Qué tanto crees?

—Soy devoto por convicción.

—Hmmm…he estado leyendo mucho sobre el hinduísmo—le comentaba mientras alcanzaba un libro de mi biblioteca—y se me hace complicado comprender la adoración de tantos dioses a la vez. ¿Cómo funciona?…¿tienes algún Dios predilecto o los adoras a todos?

—Ambas cosas y ninguna—contestó—a diferencia del Dios todopoderoso que tú adoras, nuestros Dioses son divinos pero no supremos. Ellos representan fuerzas activas dentro de nuestro mundo y pueden manifestarse a través de fenómenos naturales, es decir, ellos están presentes en la vida cotidiana.

—Ya veo—le decía mientras ojeaba las imágenes del libro.

—¿Cuantos Dioses existen?

—No sabría decirte, pero no todos tienen el mismo nivel de importancia. Actualmente la fé fluye en tres direcciones; el Vasnaísmo que representa a los devotos del Dios Vishnú; el Shivaísmo, que representa a los de Shiva y la creencia en la Gran Diosa, que a su vez tiene varias manisfestaciones. Cada uno de ellos, a su vez, ha reencarnado en varias ocasiones, es por eso que hay tantos Dioses, ya que llevamos un registro de todos los  renacimientos…

—¡Guao!—exclamaba sorprendida

—¿Porqué hay un Dios con cabeza de elefante?—le preguntaba en la noche.

—¡Ah! Ese es Ganesh, el removedor de obtáculos…y así continúabamos sin parar.

A pesar de haber crecido entre sermones y sotanas, mi relación con Dios era íntima y personal, sin intermediarios. Mi fé Católica se afianzó después de mi bautizo y antes de la confirmación a través de dos sucesos que conmocionaron mi vida espiritual y a su vez, sería el comienzo de un monólogo mariano que mantendría a lo largo de mi existencia y me ayudaría en los momentos más críticos de mi vida…

Esa fatídica tarde de Mayo, a mis doce años de edad, mi madre y yo regresábamos de una de nuestras tardes de playa. Decidimos hacer una parada en el camino y refrescarnos en los ríos y cascadas que engalanaban el paisaje de los hermosos Valles Aragueños. Nos internamos en un área un poco retirada de la carretera donde descubrimos un paraje encantador.Había pasado una hora y mientras bronceaba mi cuerpo acostada en una roca, sentí una fuerte presión sobre mi pié. Al abrir los ojos ví con horror una serpiente color café sobre mi cuerpo. Sacudí mi pierna en un acto reflejo y el repulsivo ofidio desapareció entre los arbustos. Comencé a gritar desesperadamente.

—¡Me picó, me picó!…¡mami, mami!…¡una culebraaaa!

Mi madre corrió a socorrerme mientras yo seguía paralizada del terror. Me alzó entre sus brazos y me depositó en el asiento delantero de nuestro antíguo escarabajo. Inmediatamente se desató su pañuelo de seda  de la cabeza y lo anudó fuertemente debajo de mi rodilla haciendo las veces de un torniquete. Era hija de pescadores y sabía lidiar muy bien con los peligros de la naturaleza.

—Tranquila mi niña santa…todo va a estar bien—me decía con voz tranquilizadora mientras sus manos temblaban. Apretó el acelerador a la máxima velocidad que nuestro cacharrito permitía. Jamás la había visto tan pálida y desesperada. Mientras tanto yo vomitaba hasta el alma, producto del mareo que me producían las sinuosas curvas del camino. Después de casi una hora de angustia, llegamos al Hospital Central de Maracay y me ingresaron al área de emergencias. Mi pié parecía un muslo de jamón serrano producto de la inflamación ocasionada por el veneno inyectado por el reptil.

Estuve hospitalizada poco más de una semana y el dia Miercoles salí de peligro. Dormía en la sección de Pediatría del hospital la cual albergaba en ese momento aproximadamente doce niños. No habían camas para los acompañantes, sólo una ordinaria silla metálica que hacía las veces de sofá y la mayoría de las veces servía de altar improvisado. A mi lado había un niño que había pisado un clavo oxidado en el baño y le había producido tétanos. Su condición era muy grave y lo habían desahusaciado. Su madre era devota del Dr. Jose Gregorio Hernandez, un difunto médico Venezolano que no era ni beato ni santo, a quién la fé popular  le atribuía miles de milagros documentados alrededor del mundo. La silla metálica del niño estaba atestada de bustos y estampitas del Doctor José Gregorio donde lucía su tradicional vestimenta color negro y un sombrero de época. En otras imágenes aparecía con su bata blanca y tapabocas de tela frente a una mesa de operaciones. Su madre, una mujer muy humilde, visitaba al niño a diario al salir de su trabajo, y al llegar, iba directamente al pequeño altar donde se hincaba recitando las más fervientes plegarias. Esa noche sucedió algo que sin pensarlo reafirmaría mi fé  y  a pesar de mi corta edad, quedaría grabado en mi memoria para siempre..

La siguiente mañana, la sección infantil del hospital era un completo caos de enfermeras y practicantes que iban y venían desde todos los rincones de la institución. Yo escuchaba a hurtadillas:

—¡Es un hecho increíble! el niño está totalmente recuperado, sanito y sin rastros del tétanos—decía la enfermera rubia y narizona que hacía el turno de la mañana.

—Pero ¿cómo?…¡si ayer le pedían al Padre  Venancio que le aplicara los santos óleos!—argumentaba con asombro una morena piernona del área de cirugía.

Todos estaban a la espera de la llegada del Dr. Ferrer quien era el Jefe de Pediatría. Diez minutos más tarde éste apareció aproximándose a la cama con andar pausado. Era un hombre de complexión fuerte, tez morena y una cabellera poblada de canas que revelaban una amplia experiencia. Tomó la carpeta que colgaba al frente de la cama del niño la cual albergaba los reportes y observaciones diarios de médicos y enfermeras.

—A ver Cheíto—le hablaba al niño en tono paternal—dime…exactamente ¿a qué horas comenzaste a sentirte mejor?

Se había acumulado un variopinto grupo de no menos de 20 personas alrededor del enfermo, entre médicos, enfermeras y practicantes de medicina. Yo calculaba que Cheíto no tenía más de 10 años y su carita irradiaba una expresión recelosa.

—Hmmm…en la madrugada Doctor…no sé a qué horas..pero fue después que vino el doctor vestido de negro y me puso la inyección roja.

Las miradas de la concurrencia alternaba entre Cheíto y el altarcito de la mamá. Todos parecían espectadores de un partido de ping pong.

—¿No sería una enfermera lo que viste Cheito?—insistía el Dr. Ferrer elevando el tono.

—No Doctor, las enfermeras usan ropa blanca y el doctor tenía un paltó* negro, sombrero negro y bigote…—decía Cheito sin vacilar.

—¡No me meta embustes carajo y dígame la verdad!—respondió el doctor alzando la voz

—!Yo no digo mentiras, sino pregúntele a mi mamá!

En ese momento, sin querer queriendo  y ante tamaña injusticia no me pude aguantar:

—¡Yo también lo ví!—exclamé enérgicamente.

Todos voltearon a verme cada vez más desconcertados. Mi madre estaba a mi lado tomándome la mano.

—¡Y yo tampoco digo mentiras…carajo!—concluí tajantemente.

Al salir del hospital me convertí en la sensación de mi barrio y del grupo de oración de mi madre, quién no cabía de la dicha al comprobar que su niña había tenido una revelación divina. La gente me tocaba como si mi contacto  les garantizara un atajo seguro al paraíso celestial.

—Camila…nunca debes olvidar este incidente—decía mi madre—las revelaciones divinas son la prueba más contundente de nuestra fé religiosa—continuaba—eres una niña privilegiada…mucha gente se pasa la vida esperando una señal celestial y la muerte los visita sin jamás lograr ese momento sublime…

Los años pasaron y en la medida que crecía y maduraba, mi pasión por la objetividad investigativa  fue superando mi credibilidad en la fé religiosa a la vez que se desarrollaba en mí, un hondo escepticismo. Dejé de asistir a misa y hablaba con Dios de vez en cuando en la soledad de mi habitación, especialmente cuando necesitaba sacar buenas notas. Pero al parecer, Dios no soportó mi indiferencia y años más tarde me envió un segundo emisario…

Mi madre acostumbraba a recorrer el país cada vez que Radio Rumbos anunciaba una aparición Mariana. Se había empeñado que antes de morir, tenía que corroborar con sus propios ojos, tantos años de entrega y profunda convicción Católica. Ella y su grupo de oración habían decidido viajar a Isnotú a visitar un famoso centro de peregrinación donde la gente alegaba que estaban sucediendo apariciones Marianas*. Era un viaje muy largo desde Caracas y habían alquilado un autobús grandote estilo autopullman que las trasladaría cómodamente a su destino. En esos días contaba yo con 19 años  y cursaba mis estudios de Comunicación Social. Me encontraba atareada preparando un proyecto que debía presentar al día siguiente cuando el teléfono timbró a las 11 de la noche.

—Aló—contesté preocupada

—¿Hablo con la familia Dominguez?—preguntó una voz ronquita

—Si, dígame ¿qué se le ofrece?

—¿Conoce a una persona llamada Conchita Dominguez?—a esas alturas mi corazón latía desbocado. Las llamadas a altas horas de la noche por lo general eran portadoras de  noticias nefastas…

—Si…¡es mi madre!…¿le pasó algo?—respondí nerviosa

—La llamo desde el Comando Policial del Estado Trujillo…tranquílicese por favor…hubo un accidente y su madre…—inesperadamente se cortó la comunicación.

—¡Aló, aló!—a esas alturas gritaba desesperada mientras presionaba una y otra vez el mecanismo para colgar el aparato.

Caí de rodillas mirando el viejo teléfono con la mirada perdida. Cinco minutos después salí de mi ensimismamiento y corrí a buscar el directorio telefónico. Mientras recorría  las listas de los números de emergencia comencé a llamar a conocidos y desconocidos y se corrió la noticia. Finalmente pude contartar al Comando Policial de Trujillo pero lamentablemente no pudieron darme información precisa sobre la condición de mi madre. Para aumentar mi angustia me dijeron que había sido un aparatoso accidente y  se calculaba que habían más de 20 personas muertas, entre ellas el chofer de la unidad. A primeras horas de la mañana salí a la terminal de autobuses a comprar mi pasaje hacia Isnotú, lamentablemente era un dia feriado y debido a  la gran demanda  turística, sólo pude conseguir un cupo para el trayecto del dia siguiente. Regresé a mi casa la cual encontré abarrotada de gente, entre  familiares y amigos. Mi vecina Milagros Aponte, quién también pertenecía al grupo de oración y no había podido viajar a Isnotú, me abrazó con fuerza.

—Tranquila Camilita…tienes que tener fé—me decía en tono consolador—algo me dice que Dios está cuidando a Conchita.

Cuando me liberé de su abrazo, me percaté que habían colocado un busto de la Santísima Virgen Maria Rosa Mística en la mesa al final del corredor de la entrada. Volteé y le pregunté a Doña Milagros qué se les había ocurrido.

—Mija, vamos a cantar un hermoso rosario pidiéndole a la Virgen  por el bienestar de Conchita…ella es muy milagrosa y siempre concede las peticiones…

Toda la gente se formó en filas frente a la imagen. Hacía mucho calor ya que la Semana Mayor se aproximaba y mientras más gente llegaba, el calor iba en aumento. Doña Milagros dirigía las oraciones. Yo me paré frente a la Virgen a ver si se fijaba en mí. Cerré mis ojos y desde lo más profundo de mi ser le pedí que me cuidara a mi mamá. Le imploré que si se salvaba más nunca en mi vida faltaría a misa Dominical así estuviese en el Congo Belga. Mientras me arrenpentía por haber saltado todas las misas de seis en los últimos 3 años, percibí una corriente de aire muy fría y un intenso olor a rosas. Abrí los ojos para ver la imagen de la Virgen llorando y lo más sorprendente fue verme totalmente cubierta de escarcha. No le creía a mis ojos. Buscaba con la mirada algún ramo de flores, vasijas con agua o escarcha navideña, pero no había nada más alrededor, sólo la estatua de la Virgen sobre la burda mesa de madera y todos los asistentes con los ojos cerrados orando por la salud de mi madre.

—¡Perdóname Señor!—grité desconsolada mientras caía al suelo sobre mis dos piernas.

Inmediatamente Doña Milagros vino en mi auxilio. Todos los asistentes miraban con asombro la fina escarcha dorada que cubría todo mi cuerpo y lo que comenzó como un murmullo culminó en una sorda algarabía.

Súbitamente sonó el teléfono y me abalancé sobre el auricular.

—¡Aló! ¿Quién es?—pregunté con desespero

—Soy yo Camila, tu madre…¡estoy viva mi niña!

Describir lo que sentí al escuchar su dulce voz es indescriptible aún hoy en dia…después de tantos años. Corría el año 1999 y a Rohit le faltaban sólo dos meses para culminar sus estudios. No queríamos perder el tiempo, así que yo había comenzado a finiquitar mis compromisos laborales. Finalmente se presentó la ocasión propicia para contarle a mi madre mi decisión. Se encontraba frente al fogón cocinando para la cena. Entré a la cocina, me senté frente a la mesa y comencé a juguetear con los frasquitos de sal y pimienta.

—¿Cómo se llama el afortunado?—preguntó mi madre en tono indiferente.

—¿Eh?—contesté haciéndome la desentendida

—El susodicho mija…¿cómo se llama?—me interrogaba mientras revolvía el guiso con su paleta de madera y el penetrante olor de los aliños se colaba en mis narices.

—Ah si…eeeh…conocí a alguien por internet…se llama Rohit—respondí vacilante

—¿Rohit? ¿De dónde es?—esta vez preguntó más inquisitiva y desviando la mirada del fogón.

Entretanto mi mirada vagaba perdida sobre los azulejos anaranjados de las paredes buscando las palabras adecuadas…

—Es Indio…de la India—dije  con cautela.

Detuvo su brazo y apagó el fuego. Le colocó la tapa a la olla. Secó sus manos con el delantal y luego se lo quitó. Seguidamente se sentó frente a mi, mirandome directamente a los ojos.

—¿Es Hindú o Musulmán?—preguntó con calma

—Hmm…Hinduísta.

Esta vez no habló de inmediato…hizo una pausa.

—¿Cuales son tus planes con esa relación?—respiré hondo y exclamé:

—Pensamos casarnos en la India dentro de dos “mesecitos”.

Hubo un silencio sepulcral. Mi madre estiraba las arrugas de su vestido color café con sus dos manos. Conocía perfectamente ese gesto, lo hacía cuando se ponía nerviosa.

—¿Sabes en lo que te estas metiendo?—preguntó luego de unos minutos que parecieron eternos para mí.

—Si mamá, estoy muy enamorada, nunca en mi vida me sentí más segura…

—¿Fue ese muchacho la razón del conflicto aquel con Henriqueta?

—Ay mamá…¿usted  se metió a bruja?—se colocó la mano en la boca en un gesto pensativo y  dijo:

—No mija…no soy bruja ni vidente…soy mamá—hablaba con amargura y prosiguió—mal comienzo muchacha…mal comienzo…

—¡Ay mamá!—repliqué de nuevo—creo que estoy grandecita como para andar pidiendo permiso ¿no cree usted?… ¡especialmente por juicios de personas con tantos problemas!—justificaba de esa cobarde manera mi comportamiento infantil con Maria Luisa, Carolina y Enriqueta.

—Camila, tienes razón—decía mi madre—eres una mujer hecha y derecha…pero la soberbia no es buena consejera. Yo no soy muy faculta, pero me gradúe en la Universidad de la Vida e hice un máster en desengaños…sin embargo, no me quejo… el Señor te envió a mi vida sin pedirlo y lo recibí como una bendición—hizo una pausa—nadie aprende con experiencia de nadie y el amor en su sordera no escucha consejos. Soy tu mamá, te amo más que a nadie en este mundo y siempre desearé lo mejor para tí… pero tengo que advertirte  que mientras más profundas son las diferencias religiosas…más grandes son los problemas.

Me quedé pensando en el infinito…

—Gracias mamá—le dije agradecida—créame que la entiendo…

—No Camila…¡ese es el problema!…me oyes pero no me escuchas…¡así que mucho menos me entiendes ni me quieres entender! …soy tu mamá y te aconsejo…pero eso no significa que comparta tu decisión—continuó—¡eso si! …la respeto. He visto tu corazón hecho polvo muchas veces y siempre he estado allí para recoger los pedacitos pero tengo el presentimiento que te equivocas de nuevo, y más tristeza aún me dá que ni siquiera estaré presente para consolarte. Se levantó  y salió de la cocina, para regresar cinco minutos después con una caja en la mano.

—Tome mija—me dijo suavemente—esto es para tí…espero que sirva como refugio en tus miserias…

Abrí la caja cuidadosamente y retiré los retazos de papel de seda china que envolvían el objeto. Extraje el estilizado busto de la caja y lo coloqué sobre la mesa. Era la Virgencita salvadora. La Virgencita que derramaba escarcha brillante y milagrosa únicamente sobre los fieles devotos que pedían con verdadero fervor. Veía las tres rosas que colgaban de su túnica y mi rostro se llenaba de lágrimas al recordar aquel maravilloso día, con la diferencia que ahora lloraba de tristeza, porque estaba consciente que perdería la presencia de mi madre para siempre. Al dia siguiente le dí la buena noticia a Rohit…contaba con la aprobación de mi madre. Prácticamente todo estaba listo, sólo faltaba esperar que llegara el día, la hora y la fecha indicada. Nos encontraríamos en París donde pasaríamos una noche y al día siguiente aterrizariamos en Nueva Delhi donde planeábamos permanecer varios dias para conocer la capital antes de dirigirnos a nuestro destino final en Ankleshwar, su pueblo natal.

El dia tan ansiado llegó y mi madre me acompanó al aeropuerto. La abracé con fuerza y le cubrí su bello rostro de besos. Sus últimas palabras fueron:

—Mija, ame mucho al que la quiera, aprenda a perdonar también…pero pase lo que pase…nunca se deje robar la fé…

Caminé hacia la entrada de la puerta de abordaje y al voltear la ví alejarse con su característico caminar cansado, como si las preocupaciones las llevara a cuestas, hasta que desapareció de mi vista. Cuando el avión despegó, me deleité una vez más con la compleja tonalidad de azules que nos regalaba el Mar Caribe. En la medida que el avión avanzaba, se apreciaba la mayor parte del Litoral Central y un poco más allá, se extendía la imponente Cordillera de la Costa que atravesaba el país de Este a Oeste. Se amontonaban en mi memoria las vivencias de mi infancia y mi estómago revuelto parecía adivinar mi temor a lo desconocido. El avión estaba abarrotado de gente. Muchos Venezolanos que viajaban a diversos destinos. Se escuchaban risas entre animadas conversaciones y asi poco a poco me fui quedando dormida.

Horas más tarde me despertó un poco de turbulencia, al parecer ya casi llegábamos a nuestro destino. Miré la pantalla que indicaba el curso del trayecto y efectivamente faltaba menos de media hora para aterrizar en Paris. Al rato sonaron las campanitas que anunciaban abrocharse los cinturones de seguridad y finalmente aterrizamos. Pasé el área de inmigración sin problemas y retiré mi equipaje sin mayor novedad. Corría el mes de Noviembre y hacía frío. Saqué un suéter de lana y me senté a esperarlo en un banco gris de la terminal.

Una hora después lo divisé en la distancia. Poco a poquito se acercaba caminando en dirección a mi. Vestía camisa blanca manga larga y pantalones de mezclilla azul. Mi emoción iba en aumento. Después  de un largo cortejo virtual finalmente se acababa la larga espera…nos miramos largamente, nos abrazamos y nos besamos. Rato después abandonamos la terminal dispuestos a descubrirnos lentamente…

Continuará…

GLOSARIO DE TERMINOS:

Paltó: Venezolanismo utilizado para referirse a un traje o chaqueta de caballero.
Apariciones Marianas: Apariciones de la Virgen Maria

Historia de Ficción original de:

Lorena Mena

Ilustraciónes:

Lorena Mena

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37 Comentarios para Blogonovela: Confesiones de una Esposa Extranjera. Parte II

  1. marlucjosselin1979 25 de febrero de 2012 a las 12:48 am #

    A ver.. 1er momento de lágrimas.. la revelación de la Virgen (se dice asi? ;)… 2do.. cuando le toca despedirse de su mamá en el aeropuerto.. me hace pensar en lo difícil que va a ser despedir a mi papá el día que me vaya.. 🙁
    Pero lo realmente emocionante es cuando el novio aparece.. 🙂 Ahhhh!! Ya quiero que llegue mi día de ver a mi Ravi 🙂

    • Lorena Mena 25 de febrero de 2012 a las 1:49 am #

      Gracias Marluc…si…es correcto…revelación de la Virgen o también aparición Mariana…Que bueno que te gustó!

  2. joen 25 de febrero de 2012 a las 5:15 am #

    ui, esta novela me trae mas que entretenida , me muero saber que mas ha pasado y la espero con ansias. Bendiciones

    • Lorena Mena 25 de febrero de 2012 a las 9:29 am #

      Gracias Joen!

  3. Sweety 25 de febrero de 2012 a las 5:39 am #

    Omg lorena estoy llorando de emoción se que soy una calabacita tierna como dice mi abuela…. Esto esta fantástico ser que llegas somos exepticas pero gracias a ti he conocido maravillosas mujeres que han hecho su sueño realidad conocer a sus amados después de años de noviazgo online ……. A mis ojos esto es fantástico y más poder romper «las barreras interculturalses

    • Lorena Mena 25 de febrero de 2012 a las 9:30 am #

      Gracias Sweety..me alegro que hayas encontrado tu espacio en el grupo!

      • naina 4 de noviembre de 2012 a las 2:51 am #

        Sabe dicen por hay que cada vida es como una novela , que cada hecho que nos sucede es muy importante pero le comento que de cada historia que me han contado a mi corta edad de todas ninguna se compara como la suya es muy interesante ya que como dice la chica que comento anteriormente usted fue una de las pocas que paso sobre las “las barreras interculturales» la felicito por que logro lo que casi pocas pueden encontrar el verdadero amor créame que me hizo hasta llorar de la emoción sobre todo en el párrafo donde por fin se encontraron muchos saludos desde Ecuador ojala y pueda leer mi comentario gracias por esta interesante pagina que mi Dios la bendiga a usted y a su famila : )

        • Lorena Mena 4 de noviembre de 2012 a las 4:17 pm #

          Muchas gracias Naina!

  4. Jesik 25 de febrero de 2012 a las 6:48 am #

    Me atrapó, muy bellas las revelaciones, me gustó muchisimo, espero la 3ra parte, Gracias…

    • Lorena Mena 25 de febrero de 2012 a las 9:34 am #

      Gracias Jesik…las revelaciones son parte reales y parte ficción…es una manera de proyectar como la fe en Cristo influye en la protagonista en su futuro…

  5. Karina 25 de febrero de 2012 a las 7:14 am #

    Muy buena! atenta a la próxima parte 😉

    • Lorena Mena 25 de febrero de 2012 a las 9:34 am #

      Gracias Karina!

  6. Ingrid Figueroa 25 de febrero de 2012 a las 9:47 am #

    Esto es muy bueno y cada vez se pone mejor !! esperoo con ansias la siguiente parte !!!
    Con amor desde PERU <3 🙂

    • Lorena Mena 25 de febrero de 2012 a las 11:29 am #

      Gracias Ingrid!!

  7. Elizabeth 25 de febrero de 2012 a las 4:06 pm #

    me mordi todas las un,as de nervios :P…. que empocion creo que me senti como si fuera mi historia 😛

    • Lorena Mena 26 de febrero de 2012 a las 3:32 am #

      Gracias Eli!

  8. MeryZ 25 de febrero de 2012 a las 8:58 pm #

    OMG!!!!! que buena esta la historia.. no no me muero!!!!!… espero con muchas ansias la siguiente parte… q lindo q hayas agregado una sazon de nuestras creencias catolicas… la historia esta super.. y cada ves mas interesante… quisiera saber q se siente ver a tu amado despues de mucho tiempo… la reaccion y eso .. aqui estare a la espera Lorena gracias por tan lindo espacio,,,, bendiciones….. 🙂

    • Lorena Mena 26 de febrero de 2012 a las 3:49 am #

      Gracias Mery…la idea de describir ntras. creencias Católicas es, por una parte, transmitir el sincretismo religioso que caracteriza las prácticas religiosas de los paises Latinoamericanos. Luego de la colonización de Latinoamerica, por los Españoles,las figuras de los santos Cristianos y las figuras espirituales indígenas comenzaron a mezclarse para dar paso a la fé popular del continente. Una de las figuras más veneradas fue la Virgen Maria ya que muchos de los nativos la identificaban como un símbolo maternal sagrado. En esos tiempos, a lo largo de todas las colonias comenzó a florecer un culto a la Virgen aún más fuerte que en el Catolicismo Europeo, y la Virgen se le “aparecía” a mucha gente. A cada aparición se le daba un nombre distinto, es por ello que hoy en dia cada región Latinoamericana se venera al menos un Virgen en especial…este es parte de nuestra identidad lo cual es importante destacar en la historia, para comprender algunos conflictos interculturales que se presentan en el futuro entre los protagonistas…

  9. Yolanda 26 de febrero de 2012 a las 1:42 am #

    Wao mi Lori!!! que bueno!!! ya no aguanto para ver la próxima parte!!! te felicito…disfruté mucho la lectura. Besos, siempre en mi corazón!

    • Lorena Mena 26 de febrero de 2012 a las 3:50 am #

      Gracias Yola!! Viniendo de ti es un gran honor!

  10. yenny 27 de febrero de 2012 a las 12:19 am #

    lorena ya escribe la otra parte, esta super linda esa historia.

  11. Liz 28 de febrero de 2012 a las 2:35 pm #

    Desde el dia de ayer que me tope con tu blog he estado super enchufada con esto jajajaja me encata la historia y muero por leer la continuacion!! Saludos!

    • Lorena Mena 29 de febrero de 2012 a las 2:11 pm #

      Gracias Liz!…estoy trabajando en eso…

  12. Criquien 1 de marzo de 2012 a las 2:32 am #

    wwwooooowwwwww Lorena… me tienes enganchada!!!
    De momento la historia es fenomenal!!! sigue así … ya nos vamos a Paris….Besos

    • Lorena Mena 1 de marzo de 2012 a las 12:48 pm #

      Gracias Criquien…tampoco te me vas a salvar con tu historia! Jaja…estamos pendientes!

  13. Inti Echeverría 20 de abril de 2012 a las 7:29 am #

    Lorena es la primera vez que me doy tiempito de leer en serio esto voy apenas dos y ya estoy mas picada… pero un Patel de Ankleshwar.. me mató =) sigo sigo… un abrazo y una felicitación!

    • Lorena Mena 20 de abril de 2012 a las 3:01 pm #

      Gracias Inti!!

  14. mercedes de haay de aparicio ,mecha 11 de mayo de 2012 a las 1:06 am #

    Diooosss hasta Jose Gregorio!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!,Icant belived!!!!!!!!!!!!que bien

    • Lorena Mena 11 de mayo de 2012 a las 11:11 am #

      Hola Mecha,

      La narrativa del Ciervo de Dios es un hecho de la vida Real.!

      Cariños, Lorena

  15. Alejandra 24 de noviembre de 2012 a las 9:34 am #

    De repente me interese en saber de la cultura en la India ya que desde pequeña mi padre me enseño las tecnicas de meditación y yoga, y mi sorpresa encontrarme con este maravilloso Blog, cada noche amanezco leyendo algún rincón de este espacio y disfruto cada párrafo, cada día tengo algo diferente para contarle a mi esposo, y el atento me escucha. Me encanta la historia y sin saber de la chica ni del lugar donde se encontraba, las expresiones simplemente me hacían sentir en casa, hasta leer del cerro Ávila cuando más me emocioné y exclame si, es alli. Desde Brasil una Yaracuyana muy feliz al estar y encontrar este espacio. Muchas Bendiciones.

    • Lorena Mena 24 de noviembre de 2012 a las 7:19 pm #

      Hola Paisana
      Muito obrigada por estas lineas tan motivadoras y que bueno saber que disfrutas nuestros relatos! Gracias por tus visitas y espero que podamos seguir manteniendo tu interés en el futuro!
      Muchos saludos

      Lorena

  16. Alejandra Quesssep 3 de julio de 2013 a las 1:09 pm #

    Yo mas criolla que la arepa crei no saber que era el cotoperi!! jajajajajaja MAMON! asi le conozco!… excelente historia! confieso que la consegui investigando sobre la cultura hindú xq veo una novela que trata del tema … M encanta!

    • Lorena Mena 3 de julio de 2013 a las 2:31 pm #

      Hola Alejandra,
      Recuerda que Cotoperi & Mamon son dos frutas distintas; aunque muy parecidas en su interior son de distinto sabor y color de su fruto.
      Gracias & Saludos, Lorena

  17. Ana Medina 6 de junio de 2014 a las 1:24 pm #

    Hola Lorena, espero estés muy bien, estoy enamorada de esta novela quiero seguir leyendo esta hermosa historia que me deja embobada cada vez que leo un nuevo capitulo, por favor te pido que lo más pronto posible cuelgues los nuevos episodios de la novela. «Confesiones de una esposa extranjera». Gracias. Y muchas felicidades y prosperidad en esa hermosa pero lejana tierra. Soy de Venezuela y me identifico mucho contigo y lo difícil que es vivir en un país que no es el tuyo, aunado a las dificultades de la diferencia de cultura. Eres una mujer muy valiente y te felicito por ser arriesgada y constante en tus metas. Bendiciones.

    • Lorena Mena 7 de junio de 2014 a las 10:20 pm #

      Estimada Paisana. Muchas gracias por tus amables lineas! Quisiera escribir mas pero le faltan horas a mi dia. Comienzo los capítulos y los voy llevando poco a poco según mi tiempo me lo permite. Gracias por tus bendiciones y elogios. Espero seguir viendo tus comentarios en nuestros diferentes artículos! Un caluroso saludo.

  18. Evelyn Gonzalez 17 de noviembre de 2016 a las 4:39 pm #

    Oh por dios apenas voy en la segunda parte y estoy llorando… Es como un dejavu para mi, soy Venezolana vivo en Barinas actualmente me está pasando algo muy parecido con un chico de Bombay.. Son muchas dudas, temor que siento.. Porque es otra cultura.. Y eso me causa inquietud.

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